15.11.09

Ya llegué, y el gemido no era aquí...

Cuando miras a tu alrededor, y todo lo que observas son cuerpos entrelazados, menos dos borrachos que ya no pueden ni hilar palabra, una mujer que no sabes bien si es o no es, un amigo tuyo que evidentemente no va a ligar porque su pareja lo está esperando en casa, el que pone la música, seguramente porque está poniendo la música, y tu... sabes que es momento de partir.

Esta noche más que amargarme (más que de costumbre), la verdad es que me dio gusto ver a mis amigos rompiendo eso a lo que hemos venido llamando "la maldición", y que no es más que el estar tan solo de cuerpo, que se te olvida, o de menos te deja de importar, o pasa a 2do plano, lo acompañado que puedas estar en espíritu.

Ya sé, suena a chaquetés profunda, y lo es, que ni qué.

Pero de pronto me descubrí bailando entre estos cuerpos de movimientos raros, que ya eran más, nebulosas ocupando un espacio, que gente en una fiesta. Es verdad que había un sinnúmero de botellas de bebida variada, ya vacías en la cocina, montones de vasos sucios y vacíos por rincones y superficie alguna de toda la casa, y yo, la verdad es que estaba ahí, ya na más observando, esperando ver pasar el "milagro", cual creyente férrea de que este ataque comunal de soledad es sólo una cuestión de tiempos mal encontrados... y que esta noche, en varios casos, vi como ya se sincronizaron.

Raro estar de observador, participar sólo desde la sonrisa o el paso de baile que colabora a no desanudar al entorno. Pero mirando lo sucedido, me di cuenta que era así como llegaba mi hora de partir, de no seguir neceando en uno de los días más necios de mis últimos fines de semana, y si, quizás con suerte, no vivir un amanecer más con ojeras...

Soy muy fan de que las fiestas sean a cuadras de mi casa, porque así, me puedo ir caminando, adivinando lo que pasa de noche, en silencio, por esas calles que de día suelen ser un desmadre, un trafico de peatones bulliciosos y de puestos, "viene vienes", y un sin número de otras cosas... De noche sólo suelen quedar las putas-travestis-etc que como faroles, se acomodan en cada esquina de varias cuadras a la redonda, a esperar que alguien las haga entrar en calor, porque con estos pinches fríos de últimamente, me cae que les deseo harto cliente a todas y cada una, aunque aveces al pasar, se ponen roñosas y te sueltan algunas palabrejas de mala gana.

Pues hoy, para lo inspirada que estaba yo, mirando el cielo emocionada porque había estrellas... en mi ceguera, porque luego que ya me paré fijamente a mirar, era la punta de una de esas antenas de edificios altos, que tienen un foquito en la punta para que los aviones no se den en la madre. Justo dando la vuelta para mi calle, lo primero es un auto rojo, con la puerta del copiloto abierta, y dentro una escena a la que podríamos llamar "mamada express". Tantito más adelante, y sobre la otra banqueta, ya casi llegando a la clínica, una patrulla con todo su set de luces en ese movimiento incandescente constante, que te produce siquiera ceguera momentánea, con un par de estas guapiguapos, vestidas (na más tantito, pero vestidas) con charol rojo y botas larguísimas una, a la otra no la alcancé a ver con detenimiento, sobre el cofre del auto, siendo cateadas-torteadas-insultadas-manoseadas-sabroseadas, por un trío de "oficiales" que daban terror incluso con uniforme... no me quiero imaginar si alguno de ellos se pone más atrevido y se quita algo siquiera, de lo que lleva puesto (horrorosa imagen innecesaria, creada muy por demás, en mi cabeza. Asco total).

En fin, ese es el momento ya de la noche, en el que te da el ataque reflexivo pseudo "voy a salvar al mundo" y estas a dos de deprimirte culeramente por aquello que le pasa en desgracia a la sociedad, cuando... Voy entrando a mi portón, cierro y... Que pedo con que pareciera que toda la vecindad está cogiendo!!!

Y yo, tranquila subo con la discreción que alcanzo a juntar, las escaleras del patio queriendo no adivinar de qué ventana, mucho menos de que casa, salen cada uno de los gemidos que a coro, acompañaron mi transitar por e área común.

Entro a casa y Fiuffffffffff! Aqui sorprendentemente lo que se escucha es el respirar, tranquila y dormida, probablemente hasta babeando, el dormir de mi mamá. (Porque eso sí, llegar a tu porpia casa, donde se supone vives sola, y toparte con un show así... ya sería de balazo en los sesos seguro! Esa si sería como "refrescada" de tu más pura, culera y reteinsoportable soledad de la que si na más no, no está chida)

Hogar, dulce hogar!

Y mientras escribo estas líneas, me acompaña a ritmo dispar, el sorprendente rechinido de un colchón, supongo que de una cama lejana, y uno gritos que ya empiezan a darme curiosidad... en cualquier momento perderé el pudor, y me asomaré por el patio trasero a felicitar al campeón que hace llegar a esos tonos tan altos a su acompañante de esta noche.

Felicidades a quien esta mañana despertara con menos frío, pues un cuerpo a su lado colabora al no congelamiento. Al resto, podría llamarlos "compañeros", pero temo que se interprete un poco promiscuo, así que me limitaré a proponerles que aunque se siente gachón, duerman con calcetines, que hace un frío que pela, y no está chido pasar la mitad del puente resfriados.

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