29.11.07

Hogar dulce hogar


Me estoy robando esta foto de mi amiga V.P., y pa colmo sin su autorización... Na mas pa poder ilustrar mi futuro hogar...

Odio esta crónica de un despido anunciado.

Detesto la idea de tener que volver a entrevistarme pal próximo trabajo...

Alucino tener que bajar de peso pa entrar en mi uniforme oficial de ir a pedir trabajo.

Y si me quita el sueño el tener que volver a armar mi CV de manera objetiva, vendedora y todo eso.

Bujujuuuuu

Pa pura madre las trasnacionales y sus promesas de crecimiento y futuro!!!

Regreso a la antigua pregunta:

De pura casualidad ¿Nadie sabe de una vacante de chamba por alguna parte del mundo?

Sé hacer harta cosa... jajaja

26.11.07

Cenita de lux... G te extraño comadre!






Aveces uno se atasca de comida porque se la está pasando bien.

Aqui un retrato de una de esas cenas de lujo, con una de las mejores amigas del mundo, y platos y platos de comida rica entre risas y juegos.

Y luego me pregunto, ¿Porqué no hay una manera de mejor adelgazar mientras la pasas bien?

Porque la neta es que yo engordo hasta cuando estoy deprimida o pasándomela mal! jajaja

Zapatos nuevos, que hermoso par!

Es extraña esa sensación de cuando te haces de algo nuevo y na mas piensas en el minuto pa estrenarla. Te imaginas un mil quinientas combinaciones con lo que “eso” nuevo te va a quedar de no mamars que el mundo todavía no se va a acabar y… por fin llega el momento!
Tu, con esa sensación de responsabilidad absoluta por llevar sobre ti EL objeto dueño de todas las miradas a tu paso (así sea lo que estrenas, unos calzones de abuela, encabronadamente blancos, grandes y feos. Pero na más por estrenar, ya se siente distinta la cosa. Es un evento).
Hoy, por fin me decidí a ponerme mis nuevos zapatos de tacón grises. Son una verdadera chulada de bonitos! (nada más pinche simple que ellos, pero pa mi son … bueno!, el capricho de las compras de la vacación!).
El caso es que ahí voy yo un lunes de finales de noviembre, con la peor actitud derrotista de camino a la oficina con mis bombones en el bolso. Obvio NUNCA jamás de los jamases caminaría las largas calles que hay entre mi coche y la oficina con zapatos nuevos… y menos con taconeas. Tengo unos pies de esquí, que por más que mi abuela dice que no son de señorita, pa mi son re útiles pa equilibrar el resto de mi anatomía, pero NO para lucir zapato femenino, con mi andar de té-por-ocho!
El caso es que por fin llegué a la oficina, me senté parsimoniosa y me cambié mis joyitas de caminar por las bellezas grises de gamuza, dignas de piropo populachero (en mi mente, ya lo sé. Pero ese es el chiste de las cosas, ¿no?
Sentirlas únicas y chidas).
El caso es que MUY a sabiendas que hoy me tocaba subir a la sección de “hijas de puta” de la más alta calidad, y que con la mala leche que tienen en ese departamento, pues sabía que me tocaría subir una y mil veces las escaleras de PB al 1er piso y pa debajo de regreso… pus así y todo, me puse los zapatitos!
Y sí, a mi jefe le dio por ponerse más neuras que incluso la Rebel cuando se topa frente a frente a con las aguiluchos en C.U.!
Así que no por favor!
Ahí voy yo corriendo escalones arriba, escalones abajo, pasillos pal fondo, pasillos pa la puerta… La peor idea del mundo, pa alguien con mi condición física de zapato plano y jeans, el correr vestidita de princesa entalonada, tratándole de seguir el paso a mi jefe, rumbo al cuchitril de las “hijas de puta”, y que conste que las pongo entre comillas, na mas porque estoy segura que ni madre tienen las muy malas.
Bueno, harto deporte extremo este de andarle corriendo con la neura en el aire… y como que toda la mañana sentí que me iba a dar el azotón de res mas culero.
Hasta que de pronto lo oí, pero ¡no sentí nada!
De echo yo seguía tan sentadita y feliz en mi lugar, y la res que acababa de azotar era la nueva reinita de Recursos Humanos, a la que le dá por no saludar y poner “jetita”, pero bien que sonríe boca-chueca cada que nos tiene que pedir la sala de juntas.
Pus que bueno que azotó, y ya me imagino cuando llegue esta noche a su casa, se saque las medias y se vea semejante moretón… mientras yo esté en la mía, riendo con tantita malicia, pero eso sí, con lo pies bien metidotes en una tinita de agua caliente, masajeándomelos con el exfoliante de menta ese que tengo hace años y ¡nunca se termina!
Porque eso de usar tacones, es auténticamente un innegable dolor de pies ¡marca record!