Si me duelen los huesos
Si me duelen las articulaciones
Si me duele la cabeza
Si me duelen los ojos
Si me gotea la nariz y me pica reteharto la garganta.
Y si además tengo esas temblorinas ridículas de quien está destemplado, mi cuerpo parece necesitar ríos de agua y, además tienes unas ganas inusuales de estar tumbado sobre la cama bien tapado chingándote un tecesito de limón con miel re caliente.
¿Será que me estoy enfermando? o ¿Es que mi herencia chilena no me perdonó y, ya soy una hipocondriaca más?
Años riendo de la hipocondría de mi darkside chileno.
Años riendo de esos síntomas inimaginables, inpronunciables y que si nada más los escuchas así, de buenas a primeras, voltearías a ver al prójimo como un alma al borde de la explosión de intestinos y muerte choncha en menso de segundos.
Si me duelen las articulaciones
Si me duele la cabeza
Si me duelen los ojos
Si me gotea la nariz y me pica reteharto la garganta.
Y si además tengo esas temblorinas ridículas de quien está destemplado, mi cuerpo parece necesitar ríos de agua y, además tienes unas ganas inusuales de estar tumbado sobre la cama bien tapado chingándote un tecesito de limón con miel re caliente.
¿Será que me estoy enfermando? o ¿Es que mi herencia chilena no me perdonó y, ya soy una hipocondriaca más?
Años riendo de la hipocondría de mi darkside chileno.
Años riendo de esos síntomas inimaginables, inpronunciables y que si nada más los escuchas así, de buenas a primeras, voltearías a ver al prójimo como un alma al borde de la explosión de intestinos y muerte choncha en menso de segundos.
¿Haber si me vuelvo a reir de mi misma?
Pero que en realidad en términos coloquiales de dicha cultura, sólo se resumen a diarrea, gripa, o pior tantito, una simple (pero no por eso menos insoportable y culera) sesión de cólicos premenstruales.
Y ahora, con la edad me estoy convirtiendo en una digna patriota más!
Esto si está muy fuerte.
Mi lado chileno se puede manifestar en usar palabras como:
- Rotonda
- Fósforos o
- Recital
Mi herencia esa, puede también aparecer en un gusto por la repostería alemana y “turca” (léase árabe que no es lo mismo, pero parece que hasta allá abajo del continente sí que lo es).
Quizás no puedo negar el tener tantitas gotas de sangre chilena al ser mas criticona de lo normal, al espantarme un poco por lo que se sale de lo común (bueno eso es mentira, no tengo idea de que es lo común y seguro, me en-can-ta lo no común, pero voy a fingir en honor a unos que conozco).
Es más, si es necesario, para firmar que si tengo un poco de su ADN en mí, me dejo el pelo hasta la cintura y adelgazo hasta ponerme buenisisérrima (creo que ponerme así namás no está en mis genes, pero por orgullo puedo tratar), nado en mares congelados y hasta aprendo a apreciar su extraño cine (y no leer los subtítulos en español de sus películas).
Pero ser hipocondriaca eso si que no!
Me rehúso a que además de la herencia de odio a Pinochet, delirio por los road trips desde el desierto hasta el hielo, antojo inexplicable por los lomitos con palta y los sanenuss, tenga yo ese sello tan propio de la hipondria.
El mundo en crisis y yo dándome el lujo de ser hipocondriaca.
No, no, no.
Sale pero requetebién carisisísimo eso de la hipocondría. En definitiva, no lo acepto, no es para mí, no me lo merezco, no lo quiero.
Y en caso de que resulte ser inevitable, y esté hecha yo toda una hipocondriaca profesional, na mas reitero a mis abuelos de ese lado, que esperen sentaditos una demanda por daños genéticos. Porque la pura verdad es que todo lo que se ahorraron en educarme (y si, soy una pinche mexa maleducada, pero sana!), no puede ser que también se lo vayan a ahorrar en la de medicamentos placebos que me quedan por meterme si esto es un “nuevo estado de mi ser”.
Oups!
Tengo miedo y se me hace que, saliendo de aquí me voy a meter un par de pastas para dormir tranqui de menos esta noche. Además me voy a chingar un tecesito de 12 flores para los nervios y de paso creo que me tomaré también, justo antes de dormir, después del baño hirviendo que me voy a dar, otro par de grajeas de un corta gripa, nada más para no dejar!
Ya mañana me atasco de efervescentes de vitamina C y esas cosas.
¿Algún remedio para mi mal?
Se aceptan toda clase de sugerencias, y si ya de plano alguien descubre mi verdad, y resulta que mi chilenismo hipocondrio es irreversible… también se aceptan recetas para el suicidio menos doloroso y de ser posible, más feliz y divertido. Porque de todos modos, si esta es mi nueva realidad, tarde o temprano, ese será mi único remedio.
Bujujujujujujuuuuuuuuu!
(Y si, ese lado entre depresivo y nostálgico, también proviene de mi herencia chilena, pero de esa parte la culpa no es de los abuelos, sino de los Jaiva, la Violeta Parra, el puto mar helado en verano, Neruda con sus poemas de amor que acaban en canción desesperada, y tanta otra cosa por el estilo más).